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La obra más representativa y sobresaliente de la arquitectura civil de Potes es la Torre del Infantado. Bastión de la Villa y de toda la Comarca de Liébana, es éste un edificio medieval de mampostería, a excepción de esquinales y vanos, compuesto por cuatro cuerpos y una azotea, con cornisa de modillones que sostenía una barbacana corrida, que a su vez estaba rematada por almenas.
Conserva cuatro pequeñas torres cúbicas almenadas en cada esquina. Abierta al público tras su inauguración el 19 de marzo de 2011 después de un largo proceso de restauración, la Torre del Infantado acoge a miles de visitantes en sus 1800 m2 distribuidos en 6 plantas cuyas estancias se disponen entorno a un patio central. Maderas nobles, acero corten y grandes espacios acristalados se adueñan de los espacios interiores y dotan de luz una recreación medieval magistral que se combina con luminarias de última generación.
Este inmueble denominado Bien de Interés Cultural tiene su acceso por medio de una larga escalinata y atravesando una puerta con arco apuntado. Y entre las vicisitudes por las que ha pasado se ha visto destinada a ser cárcel y posteriormente Ayuntamiento de la Villa. Hoy día acoge permanentemente la exposición “El cosmos de Beato de Liébana. Aquí comienza todo” en que se trata la vida y obra del abad lebaniego, primer escritor cántabro y por ende español, desgranada en diversas plantas. Dicha exposición contiene la mayor y mejor exposición de Beatos del mundo, y muestra de manera muy didáctica e interactiva, para todos los públicos algunas claves del libro del Apocalipsis. También muestra lo que es un Scriptorium y cómo se elaboraban los beatos en aquella época.
La visita se culmina con la magnífica y exultante vista desde el almenado hacia la villa de Potes, los ríos Deva y Quiviesa, el monte de la Viorna, el emplazamiento del monasterio de Santo Toribio y el fondo de los Picos de Europa.
La fundación de la Torre del Infantado se atribuye a la familia de los Lama. En el siglo XIV perteneció a Don Tello, señor de Liébana, hermano del rey Enrique II e hijo de Alfonso XI, de quien recibió los realengos de las merindades de Liébana y de Aguilar; posteriormente la heredó su hijo, Juan Tellez, y recibió de Enrique II el 18 de febrero de 1371, en donación por vía de mayorazgo, entre muchas posesiones, las tierras de Liébana.
En 1395, Enrique III dona a Diego Hurtado de Mendoza, padre del primer Marqués de Santillana, don Íñigo Hurtado de Mendoza; Liébana, Pernía y Campoo de Suso. El hijo y heredero de don Íñigo, Diego Hurtado de Mendoza, obtiene el título de primer duque del Infantado, concedido por los Reyes Católicos en el año 1475 y pasa a ser el segundo Marqués de Santillana. Tiempo después y tras numerosas y sangrientas luchas, en 1576 Liébana pertenecería en lo sucesivo a los Santillana.
Durante la guerra de la independencia, el regio inmueble fue reducto fundamental de defensa para los guerrilleros lebaniegos, que lograron que los franceses salieran malparados en las dieciséis veces que entraron en la villa, mereciendo que el general Mahy enviase una proclama a los lebaniegos donde alaba su resistencia y sus victorias.
Un pequeño adelanto de lo que puedes encontrarte...
Galería de imágenesLiébana celebra el Año Jubilar Lebaniego desde 1512, por conservar el trozo más grande de la Cruz de Cristo, el Lignum Crucis, un privilegio compartido con Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Más de 500 años de peregrinación a Santo Toribio de Liébana, más de 500 años de Camino Lebaniego.
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